Es un noviembre diferente, el primero de muchos, del resto. Lo que realmente nos faltan son carcajadas. Ya no hay consejos ni palabras de ánimo, ya no quedan gritos.
No tienes a alguien encima de ti 24 horas al día para decirte la más mínima tontería.
Esas son las cosas que se echan de menos, las más simples y absurdas. Las que realmente daban sentido a tu vida cuando eras completamente feliz.
Ahora lo único que puedes hacer es reforzar los recuerdos con sonrisas para nunca olvidarlos.
25, igual que siempre.